miércoles, 4 de julio de 2007

un día de mayo

Duele mucho, apenas alcancé a leer la palabra que me mata, y comprendí que es muy poderosa en mí, me duela verla, no la he escrito en mucho tiempo, la quisiera borrar. Fue como si me hubieran encajado un cuchillo, me trae demasiados recuerdos y todos vinieron a mi en un instante. No creo volver a festejar la primavera, ya no creo en ella, me ha quitado muchas cosas. Me caga que la vida tenga que ser un ciclo, que se repitan los nombres de los días, que se repitan sus números, que siempre sean las mismas horas y que así vengan cada vez las estaciones del año. Seguro todo sería más fácil si siempre hubiera algo nuevo en cada día, supongo que así lo olvidaría, quizá así nunca recordaría lo que pasó. Pero si pienso en ti todo cobra sentido, pues las mismas horas que se repiten día con día, el tedioso paso de las semanas, el sin cesar de los meses toman un significado diferente, llenos de vida así como de hubieras, llenos de felicidad y rabia y que me hacen pensar que me quiero ir un día en mayo, cuando el sol caliente con todas sus fuerzas.

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