domingo, 19 de agosto de 2007

hay que hacerle caso al corazòn

Si pues, hay que hacerle caso al corazòn. Nunca miente.
Ed, yo creo que entre todas las cosas que me dejaste una de las mas importantes fuè esa: la de escuchar que es lo que quiere mi corazòn. En su momento talvèz lo tomè como una idea cursi e idealista, bonita claro, pero jamàs le dì la importancia que tiene hoy por hoy para mì.
Muchas veces nos complicamos la vida pensando. El cerebro es muy poderoso y podemos pensar para todo, nos sirve de escudo para tomar muchas decisiones; pensar si nos convienen o no las cosas, sentir la lògica de los actos y actuar en base a esta lògica y conveniencia. Nos partimos la vida pensando los pormenores de todas las situaciones: desde la elecciòn de un sabor de helado hasta con la persona que queremos compartir nuestra vida.
Piensale bien: ¿te vas a cambiar de trabajo? ¿te conviene? ¿vas a ganar un chingo de lana? ¿ese wey te conviene? ¿què camino al trabajo vas a tomar, el largo, el corto, con tràfico, sin tràfico?
Por lo general pasa que por pensarle tanto dejas pasar la alegrìa del momento, incluso la tristeza, no nos permitimos sentir; queremos analizarlo todo; queremos que nuestros actos bien pensados nos lleven a cosas chidas que por lo general pasa, otra veces no pasa y nos sentimos super frustrados porque aunque lo hayas pensado tan bien no funcionò; otras veces pensamos tanto la siguiente movida para no sufrir, para no llorar, para no estar tristes y en el sentido pràctico es lo que debes de hacer uno no debe de venir a esta vida a sufrir.
Sin embargo siento que muchas veces hemos dejado de la lado la importancia de hacerle caso a nuestros sentimientos a nuestro corazòn, cuando hacemos las cosas de corazòn por lo general son las cosas que mas disfrutas, las que te traen mas satisfacciones, las mas honestas, las de reconocer que es lo que UNO en verdad quiere por encima de lo que la sociedad demanda pero asì mismo suelen ser tambièn las tristezas màs profundas, las decepciones mas cabronas, las que tiran a la lona.
Sin embargo las decisiones que tomas con el corazòn son las que te hacen madurar. Al corazòn no lo engañas, este se apachurra cuando haces algo que no quieres, que no te gusta y salta de emociòn cuando algo en verdad te excita.
Nosè porque tenemos mucho miedo a sentir, a vivir la vida, y en general a vivir.
Mientras mi corazòn no salte otra vez de emociòn por vivir, sòlo me queda agradecerte una de las enseñanzas màs bonitas que he aprendido.

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